lunes, febrero 01, 2010

LA CUARTA FASE.



Ayer regresamos al cine. Me costó practicamente toda la tarde decidir qué película elegir. Al final, me quedé con dos opciones que durante el camino le fui narrando a Pedro para que me sacara de la indecisión. Llegamos a un acuerdo, y contentísima fui directa a la taquilla a comprar las entradas.

Al indicar al chico que me atendía, que ya debe de conocerme, la peli elegida, me dijo: "No".

Le miré extrañada: "¿Cómo que no?".

Me contestó: "No te la recomiendo", dándome algunas explicaciones.

Me quedé plof, y le pregunté por mi segunda opción.

-"Esa mejor".

Dicho y hecho. La elección improvisada fue "La cuarta fase".

Cuando se avista un OVNI se considera la Primera Fase.
Si se descubren evidencias, se habla de una Segunda Fase.
Si se produce contacto con extraterrestres, se trata de la Tercera fase.
El siguiente nivel, la abducción, es la llamada Cuarta fase.

Toda la sala para nosotros solos.

Empezó la función.

La peli se desarrolla en un pequeño pueblo de Alaska que se llama Nome y hacen hincapié en que está basada en hechos reales, alternando, además, imágenes supuestamente grabadas por los verdaderos protagonistas, con la ficción que reproduce lo que se supone que pasó en Nome.

Un matrimonio de psicólogos estudia los transtornos de sueño de algunos habitantes de este pueblo de Alaska y encuentran unas coincidencias sospechosas.

Muertecita de miedo estuve desde el principio al final, porque a mí estas cosas sobrenaturales me ponen cardiaca y me las creo todas.

Al salir del cine Pedro me dijo: "Y nosotros durmiendo tan tranquilos en la tienda de campaña..." , se refería a nuestro tiempo en Aniak.

Que en Alaska hay mogollón de suicidios, lo sabíamos, pero que eso pudiera relacionarse con otras cosas...

Así que salí de allí abducida, nunca mejor dicho, y así me he pasado la noche, soñando cosas horrorosas de extraterrestres malos y poderosos que me secuestran y me hacen desaparecer de la faz de la tierra.

Esta mañana he empezado a investigar, y me da que no, que es una trola como una casa, aunque tengo dudas por el final de la peli que relata el destino actual de los protagonistas. Con la duda me quedo. A ver si alguien va a verla y me da su opinión que estoy desconcertada.

Perturbadora. Terrorífica. No quiero ver a la lechuza blanca en mi ventana.

Pd: ¡Qué pena que para algunos la tentación no pesara lo suficiente!, nos hubiera encantado compartir estas emociones con vosotros, snif, snif...

6 comentarios:

Ardorín dijo...

La tentación era fuerte, pero en ocasiones hay que dejar que solo sea eso, tentación.
Ayer no era un buen día. Demasiado cansancio acumulado (demasiados “actos sociales” en muy poco tiempo y de las ultimas 48 horas dormí un máximo de 8 horas) unido a una inevitable “mala castaña” que no me hacia muy sociable. Por todo ello, aun sabiéndome muy mal perderme vuestra compañía y soportando el enfado de la moza, decidí plegar velas en casita.
Mea culpa.

Lorena dijo...

Ardorín: ¿Ves?, hermético, queda confirmado. Besets!

El árbol que nunca dió manzanas dijo...

Uff, a mi marido y a mi hija mayor les encantará pero a mi no me ves el pelo en esa clase de pelis.
Me lo creo todo, me imagino aún más y luego llego a casa, me tapo con mi sábana superprotectora todo el cuerpo (ademñas me la engancho por debajo de la cabeza, para que "no entre nada"), saco las uñas, las clavo en el cuerpo de mi marido, como el águila atrapa a su presa, dejo la luz aberta e intento pensar en cosas bonitas para relajarme pero es imposible... un horror¡¡
La última vez estuve con pis toda la noche pero no me levanté, nada de nada.. por si acaso.

jejeje

besets.

Rocío dijo...

Uhmmm, me ha picado el gusanillo de verla, ya te contaré

Besos

Rocío

Perico dijo...

De momento me abstengo de comentarios...

Lorena dijo...

Manzana: Pues como yo, que soy muy poruca precisamente porque me creo todo lo que me cuentan, pienso ¿y porqué no?, y ya la hemos liado. Es curioso lo que protege un trozo de tela...
Rocío: A ver si vas y me dices que te ha parecido a tí. A lo mejor no os gusta pero a mí me dió mucho miedo.
Perico: ¡Confiesa!, dijiste que hubo un momento que te dió yuyu...